John Adams dijo “El poder siempre piensa… que está haciendo el servicio de dios cuando se está violando todas las leyes”, House Of Cards es una serie dramática basada en la política estadounidense, en concreto todo lo que se mueve en Washington, a lo largo de las tres temporadas ya publicadas veremos cómo de delgada es la línea que separa la verdad de lo real.
En la primera temporada Frank Underwood (Kevin Spacey) se nos presenta como un congresista ambicioso, jefe de la bancada de la mayoría demócrata en el congreso, lo primero que veremos es como el recién elegido Presidente Walker a través de su Jefa de Gabinete le comunica que no lo va a nombrar Secretario de Estado como le había prometido, esto provocará que Underwood urda un plan para vengarse de este, lo primero será acercarse lo más posible al Presidente y que mejor que el puesto de Vicepresidente para saciar su hambre de poder, este puesto lo aprovechará para seguir manipulando tanto al congreso como al senado, pero esto lo veremos a lo largo de la segunda temporada.
A medida que la serie avanza podemos ver como nuestro protagonista siempre contará con el apoyo incondicional de su mujer Claire (Robin Wright), a medida que surgen problemas para la administración Walker algunos fortuitos y otros no tanto, Underwood se da cuenta que atajarlos cada vez le está granjeando más poder dentro de la administración, e idea un plan para alejar al Presidente Walker tanto de su mujer como de sus más estrechos colaboradores, para de esta forma dejarse a él mismo como el único apoyo que le queda dentro de la Casa Blanca.
La tercera temporada empieza con el impeachment a Walker y el nombramiento de Underwood como el presidente numero 41, su objetivo ya está cumplido, por fin se sienta en el Despacho Oval, pero los problemas se le agolparán muy rápido con una popularidad mucho menor que la de su antecesor, tendrá que hacer frente a las primarias de su partido de cara a las elecciones de 2016 con un resultado que ni él mismo puede controlar.
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