Una menos para los Oscar. Hoy os hablo de Whiplash. La palabra que describe a la perfección la película es ANGUSTIA. Por lo menos esa es la sensación que me ha estado rondando todo el tiempo y más en esa escena final que parecía no acabar nunca.
No se si es porque es la segunda de las ocho películas nominadas a mejor película que veo pero no me ha decepcionado. También la he visto porque después de ver una foto por Twitter viendo que J.K. Simons, nominado como mejor actor de reparto, en su día fue J. Jonah Jameson de Spiderman tenía que ver con mis propios ojos si un actor puede cambiar tanto, y he de decir que sí, es un firme candidato a ganar la estatuilla ya que él en gran parte ha contribuido a que durante todo el metraje estuviera con esa angustia.
Para los que no han oído hablar de la película trata sobre Andrew Neimann (Miles Teller, uno de los malos de la saga Divergente) quiere ser el mejor batería del siglo XXI y para ello va a la mejor escuela del país, allí imparte clases Fletcher (J.K. Simmons nuestro Jonah Jameson de Spiderman), es un profesor muy exigente que lo que quiere es sacar lo mejor de cada uno aunque para ello tenga que minar la moral por el camino.
La película tiene buen ritmo y en cuanto a la historia te hace darte cuenta que hay personas perseverantes que si quieren conseguir algo, con esfuerzo y constancia todo se puede lograr, se ve lo difícil que es llegar a ser alguien en el mundo de la música que es totalmente por vocación y que parece que tienes que estar 24 horas al día absorbido para poder conseguir tus sueños aunque para ello digas no necesitar a gente a tu alrededor porque no vas a poder darles nada.
Por otro lado siempre que he ido a algún concierto me he quedado alucinada de cómo acababa el que tocaba la batería, todo sudado, y claro después de ver esta película me he dado cuenta que es el que más trabajo hace, tiene que acabar con los brazos hechos polvo (gente que toca otros instrumentos podéis abuchearme por decir que ellos son los que curran, pero no he querido decir eso, solo que parece que requiere más esfuerzo físico).
El trabajo de J.K. Simmons está muy bien hecho, a través de la pantalla sientes como si te estuviera enseñando a ti y te estuviera echando la charla de lo mal que lo haces, como he dicho antes te crea un poquito de angustia, y creo que es lo que quería transmitir, esa tensión que no ha descendido en ningún momento.
En cuanto a la banda sonora he de decir que yo de Jazz entiendo más bien nada pero durante toda la película he estado sumergida en su mundo, me ha atrapado, no había momento en el que no estuviera moviendo los pies para poder seguir el ritmo.
Como película entre esta y Boyhood, que son las que he visto de momento, por mi preferiría que ganara esta. Me ha tenido más en vilo que la otra.
Si queréis pasar un rato escuchando buena música y disfrutando del futuro ganador de la estatuilla a mejor actor de reparto no dudéis en echarle un ojo, no os decepcionará
Os dejo el tráiler:
Un saludo.
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